
La dulzura natural
14/06/2020La recomendación básica para los niños es bajarles el registro de dulzor, evitar agregarles azúcar a las infusiones, darles muchas frutas (sin agregar azúcar) y pocos ultraprocesados. Pero ¿qué opciones existen para los adultos ya acostumbrados a elevados registros de dulzor?¿Qué alternativas más saludables al azúcar existen en el mercado? Según vimos, la estevia es lo menos peor entre los endulzantes artificiales. Pero no es necesario resignarse a las alternativas procesadas. Cuando tenemos tiempo es posible dar un paso más hacia los endulzantes naturales (¡cuanto menos procesados mejor!).
Por ejemplo, existe la estevia natural, no refinada sino en hoja, que tiene muchas más propiedades nutritivas (con una amplia variedad de aminoácidos, compuestos clorofílicos, carotenoides y polifenoles).
Pero hay muchísimas opciones más. “La diferencia fundamental por la que nos debemos guiar al elegir es la cantidad y diversidad de nutrientes que nos aportan. La variedad de endulzantes naturales es tan amplia que no necesitamos consumir azucares refinados o endulzantes artificiales para satisfacer nuestra apetencia por lo dulce”, Raúl Martínez, Biólogo, Especialista en Medio Ambiente y Salud (Bio Eco).
Les dejamos una lista para tener en cuenta (siempre atendiendo los requerimientos calóricos de cada uno, moderando el consumo y evitando los hábitos azucarados):
-Fruta deshidratada es una buena alternativa para endulzar. Los dátiles, higos, pasas, el plátano, las manzanas, las ciruelas o diversas otras frutas, son saludables y una excelente fuente de energía. Contienen fibra, gran concentración de fitonutrientes que actúan como antioxidantes, vitaminas A, B6, C y E, así como ácidos grasos omega 3 y otros ácidos beneficiosos y necesarios para una buena salud inmunológica. Tienen alto contenido en minerales, como el potasio, cobre, hierro, manganeso y magnesio, así como ácido fólico y beta-carotenos.
-Miel, por sus propiedades nutricionales, no es un simple endulzante natural sino un superalimento que aporta enzimas y antioxidantes. Rico en minerales como el hierro, zinc, sodio, potasio, magnesio, manganeso, calcio, fósforo, cloro y azufre, y fuente de vitaminas C, D, E, y del complejo B, como el ácido pantoténico, piridoxina, riboflavina, niacina y ácido fólico. Tiene un valor energético de 3,22 calorías por gramo.
– Azúcar de coco se hizo popular en los últimos tiempos, ya sea la pulpa de coco (fresca es ideal para agregar al desayuno), el coco rallado (siempre que no tenga azúcar añadida) o el aceite de coco (ideal para comidas o cocinar vegetales). Tiene un alto grado de sacarosa, entre el 70–79%, siendo el resto glucosa y fructosa. Es rico en minerales como el calcio, potasio, magnesio, zinc y hierro, y buena fuente de vitaminas del grupo B y C. Repleto de antioxidantes, polifenoles y fitonutrientes, tiene un valor energético de 4 calorías por gramo.
-Sirope de agave es un jarabe obtenido a partir del jugo de la piña del agave. El jugo se filtra y calienta para romper los polisacáridos complejos que contiene y transformarlos en azucares simples, fructosa y glucosa principalmente. El jarabe es rico en fructosa, hasta el 60% del total de los azucares, siendo el resto de ellos glucosa y cantidades mínimas de sacarosa. Tiene un valor energético de 3,1 calorías por gramo.
-Sirope de algarroba tiene grandes beneficios para la salud al ser un alimento con bajo índice glucémico, y proporciona energía paulatinamente, por lo que no causa hiperglucemias ni desequilibrios en sangre. Tiene un alto contenido en fibra, nada de gluten, es rico en triptófano y en minerales y bajo en grasas. También en antioxidantes: taninos (polifenoles) con propiedades antiinflamatyorias y antibacterianas.
Otras ideas:
-Vainilla en polvo. No es un ingrediente económico pero funciona a la perfección.
-Canela. Sabemos que se coloca arriba de la espuma del café, pero en el agua hirviendo endulza casi lo mismo que una cuchara de azúcar.
-Salsa de manzana. Si vas a cocinar tortas o budines, podés aportarle el sabor dulce del azúcar mezclando los ingredientes con salsa de manzana, que no es más que la fruta cocinada con agua a fuego lento. Puede que quede menos dulce pero alcanzará para sacarse las ganas.
– Puré de frutos del bosque. Triturá arándanos, frutillas y frambuesas para untarla en tostadas o mezclarlas con yogurt. Algo así como una mermelada sin azúcar pero no por eso amarga.
– Pastel de verduras asadas. La remolacha o la calabaza pueden usarse para armar un budín o pastel que puede mezclarse con yogurt.